Postura del cuervo en yoga: paso a paso

La postura del cuervo, también conocida como Bakasana en sánscrito, es una asana de equilibrio que fortalece los brazos, las muñecas y el abdomen. Además, ayuda a mejorar la concentración y la estabilidad mental. En este artículo, te guiaré paso a paso para que puedas realizar esta postura de manera segura y efectiva.

Preparación

La respiración

Antes de comenzar con la postura del cuervo, es importante que te conectes con tu respiración. Siéntate en una posición cómoda, cierra los ojos y lleva tu atención a tu respiración. Toma respiraciones profundas y lentas, inhalando por la nariz y exhalando por la boca. Esto te ayudará a relajarte y a preparar tu mente y tu cuerpo para la práctica.

Calentamiento con apertura de cadera

Para preparar tu cuerpo para la postura del cuervo, es recomendable realizar algunos ejercicios de calentamiento que ayuden a abrir la cadera y fortalecer los músculos de las piernas. Puedes comenzar con posturas como el perro boca abajo, el guerrero II y la postura del ángulo extendido. Estas posturas te ayudarán a estirar los músculos de las piernas y a preparar tu cuerpo para el equilibrio.

Variantes de la postura del cuervo

Postura del cuervo reclinado

Si eres principiante o si aún no te sientes cómodo realizando la postura del cuervo de pie, puedes comenzar practicando la variante reclinada. Para hacerlo, siéntate en el suelo con las piernas estiradas frente a ti. Dobla las rodillas y coloca los pies en el suelo, manteniendo las rodillas juntas. Luego, coloca las manos en el suelo a ambos lados de las caderas, con los dedos apuntando hacia los pies.

Desde esta posición, levanta las caderas del suelo y lleva el peso hacia las manos. Dobla los codos y coloca las rodillas en la parte superior de los brazos, cerca de las axilas. Mantén la mirada hacia adelante y mantén el equilibrio durante unos segundos. Si te sientes cómodo, puedes intentar levantar los pies del suelo y mantener la postura durante más tiempo.

Postura del cuervo con una manta y un bloque

Si tienes dificultades para mantener el equilibrio en la postura del cuervo, puedes utilizar una manta y un bloque para ayudarte. Coloca una manta doblada en el suelo y coloca un bloque encima de la manta. Siéntate en el bloque con las piernas cruzadas y las manos apoyadas en el suelo a ambos lados de las caderas.

Desde esta posición, levanta las caderas del suelo y lleva el peso hacia las manos. Dobla los codos y coloca las rodillas en la parte superior de los brazos, cerca de las axilas. Mantén la mirada hacia adelante y mantén el equilibrio durante unos segundos. La manta y el bloque te darán un poco más de estabilidad y te ayudarán a mantener la postura de manera más cómoda.

Postura del cuervo con un bloque

Otra variante de la postura del cuervo es utilizar solo un bloque. Coloca el bloque en el suelo, en posición vertical, y siéntate en el bloque con las piernas cruzadas y las manos apoyadas en el suelo a ambos lados de las caderas.

Desde esta posición, levanta las caderas del suelo y lleva el peso hacia las manos. Dobla los codos y coloca las rodillas en la parte superior de los brazos, cerca de las axilas. Mantén la mirada hacia adelante y mantén el equilibrio durante unos segundos. El bloque te dará un punto de apoyo adicional y te ayudará a mantener la postura de manera más estable.

Recuerda que la postura del cuervo en yoga requiere práctica y paciencia. No te desanimes si no puedes realizarla de inmediato. Con el tiempo y la práctica constante, podrás mejorar tu equilibrio y fortaleza en esta asana. Siempre escucha a tu cuerpo y no fuerces la postura más allá de tus límites. ¡Disfruta del proceso y los beneficios que esta postura tiene para ofrecerte!

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